Reconozcámoslo: la pasta no forma parte de mi ADN culinario. Aunque me gusta, como a todo el mundo, y cuando paso mucho tiempo sin ella la extraño. Sólo que no tengo mucho que aportar, yo que crecí con un imaginario donde las opciones se reducían a macarrones o espaguetis con salsa boloñesa o carbonara. A mis veinte años, durante aquel verano en que trabajé en un restaurante italiano de Londres, descubrí que el universo de la pasta es infinito. Demasiado tarde, quizás: comía allí gratis antes de empezar mi turno y acabé hastiada de alimentarme de pasta a diario. “¿No os cansáis nunca?”, les preguntaba a mis compañeros italianos. Por lo general, ni se dignaban en responderme y seguían masticando.

Por algo Maldito Estómago no había publicado ninguna receta de pasta en dos años de vida. Hasta hoy. Este plato es todo un descubrimiento, así como la web de donde procede la idea original, Tasty. Se trata de un perfil de Facebook que publica vídeos de menos de un minuto de duración, con recetas suculentas y fáciles. Anima a los no iniciados y da ideas a los que ya llevan tiempo con las manos en la masa. Que es de lo que se trata.

Tasty sólo tiene un problema: sus recetas no son dietéticas, precisamente. A esta queso no le falta. Sin embargo, viene a demostrar que un buen gratinado mejora casi todo. Vale la pena disfrutarla.

P.D. Gracias a Dani, por ponerme sobre la pista de Tasty y sobre la mesa este plato de macarrones. Y por muchas más cosas

Ingredientes

- 360 g de macarrones

- Dos pechugas de pollo

- 100 g de queso parmesano

- 100 g de mozzarella

- Un manojo de albahaca

- Sal

- Pimienta

Preparación

1. Poner al fuego una olla con abundante agua con sal. Cuando empiece a hervir, echar los macarrones y dejarlos entre diez y quince minutos, hasta que estén al dente

2. Escurrir y reservar

3. Cortar las pechugas a dados y salpimentarlas

3. Saltearlas en una olla hasta que cojan algo de color

4. Verter la salsa de tomate  y dejar unos cinco minutos para que se fusionen los sabores

5. Añadir por último los macarrones y mezclar todo bien con una cuchara de madera

6. Untar con aceite de oliva el fondo de una fuente de horno y disponer sobre ella la mitad de la mezcla de los macarrones y el sofrito

7. Cubrir con 50 g de mozzarella, 50 g de parmesano y la mitad de la albahaca troceada

8. Poner el resto de los macarrones

9. Rematar con la mozzarella, el parmesano y la albahaca restante

10. Poner a gratinar en el horno hasta que el queso se haya fundido y esté dorado (unos 15 minutos)