Los mejores bocatas del mundo: la ‘francesinha’ de Oporto

francesinhaAunque hablar de bocadillos no sea lo más típico en la víspera de Navidad, nadie dijo que Maldito Estómago naciera para ser típico. Con lo cual, en estas señaladas fechas aprovecha para inaugurar una serie sobre los mejores sándwiches del mundo. Aquellos que, con sus dos panes, se han ganado fama internacional y que no deberías irte sin probar de la ciudad que los vio nacer: suelen ser obras urbanas, como las catedrales. Dentro del must bocadillero, la francensinha de Oporto se ha ganado a pulso su lugar.

“La única invención gastronómica portuguesa del siglo XX”, según el historiador de tradiciones populares Helder Pacheco, está hecha a base de pan de molde. En medio lleva un filete, salchicha fresca, mortadela y queso. Está recubierta por lonchas de queso, tres o cuatro por bocadillo, que una vez gratinadas se bañan en una salsa con un punto picante que es el alma de la francesinha.

La base de esta salsa consiste en tomate fresco y cerveza, con algo de absenta para subirle el tono y piri-piri, en vez de pimienta, para darle garra según los entendidos. A mí, novata en francesinhas, me recordó a la salsa de las tripas o callos, otro baluarte de Oporto. Para rematar el plato, la francesinha se sirve coronada por un huevo que es opcional pero del que no prescindiría ya que estamos y rodeada de patatas fritas. Cuesta unos diez euros, pero te alimenta para todo el día.

Tan liviano bocadillo se le atribuye al chef David Silva que, previo paso por Francia, trabajaba en los sesenta en el restaurante A Regaleira. Cuenta la leyenda que quiso hacer algo parecido a la croque-monsier, pero debió pillarle en un día inspirado y al final sólo conservó el gratinado de la receta original. O tal vez fueran los aires de Oporto, que salió invicta de las invasiones napoleónicas. En cualquier caso, la francesinha, aunque sólo fuera de nombre, causó furor. Los bares compiten por servir la mejor de la ciudad y, desde 2012, el Festival Gastronómico Francesinha na Baixa se ha convertido en todo un evento gastronómico que llega a reunir a más de 100.00 personas.

En tres días en Oporto, no tuve suficiente valor para hacer análisis comparado de francesinhas. A la hora de probarla, aposté sobre seguro y fui directa al Café Santiago, que se jacta de hacer la mejor del mundo. Me pareció espléndida, pero justo en la puerta de al lado, el Lado B Café presume de lo mismo. El restaurante Bufete Fase o el Gambamar son otros locales célebres por sus francesinhas. Vayan con tiempo para conseguir mesa, sobre todo si es fin de semana, ya que este bocadillo goza de una excelente salud a juzgar por las colas que se forman para disfrutarlo. Y, aunque en algunos comentarios del Tripadvisor recomienden comerse media si no tienen mucha hambre, no hagan ni caso. Sólo se vive una vez.

P.D. Oporto, permufadita de Duero, da tanto de sí, francensinhas aparte… Pero lo dejaremos para otro día.

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