Los peligros de cocinar como en ‘Breaking Bad’

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Meta azul que sólo te dará un subidón de azúcar, tarta Heisen(batten)burg con sombrero incluido y un hombrecito de pasta de donut degollado en un “injustificado crimen contra la pastelería” que transmite un mensaje que nadie podrá olvidar. Son algunas de las recetas que encontrarás en Baking Bad (Rocaeditorial), un libro de repostería que rinde “el homenaje definitivo a la serie definitiva”: como ya habréis adivinado, Breaking Bad. Así lo explica su autor, que mantiene un prudente anonimato bajo el pseudónimo de Walter Wheat. Se presenta como un profesor de economía doméstica, quien “después de que le diagnosticaran una enfermedad terminal, descubrió que poseía una habilidad única para crear magdalenas de gran calidad para el mercado negro”.

Bañera de gelatina ácida de Jesse

Bañera de gelatina ácida de Jesse

Organizado en cinco capítulos, uno por temporada, Baking Bad comparte con la serie el protagonismo de la química, ya que muchas de sus recetas se encuadran en la pastelería creativa o mundo cupcake y por tanto hay abundancia de colorantes alimentarios y hasta purpurina comestible. Por ejemplo para hacer las metalenas, unas exuberantes magdalenas amarillas y azul pitufo, o la bañera de gelatina ácida de Jesse, a la que las chucherías “en forma de partes del cuerpo” dan el toque final.

Ese afán realista de Baking Bad, unido a la firme convicción de que “la repostería puede ser un lenguaje” (según Walter Wheat) lleva a veces a que la cosa se salga de madre. Los amantes de Breaking Bad recordarán esta sobrecogedora escena, en la que hacen llegar a Hank la cabeza de un informante sobre el caparazón de una tortuga.

bakingbadPues bien, aquí su homenaje repostero, porque “no hay nada que llame más la atención que una cabeza cortada de jamón sobre un pastel con forma de tortuga”, se razona en el libro. Con el mismo desparpajo resuelve otro de los momentos más dramáticos de Breaking Bad, aquel en que una enajenada Skyler se sumerge en la piscina pasando de la cena familiar y del monólogo de su marido. Bajo el título “Chapuzón nocturno de Skyler” el libro recurre esta vez a una piscina hecha de mezcla de harina de maíz para hacer tacos mexicanos y rebosante de una salsa con ocho guindillas. “Picante como el demonio, con toques profundos y complejos”, se especifica.

Jammy Lannister

Jammy Lannister

Crítica gastronómica a parte, no se puede negar que Baking Bad cumple con lo que promete en la contraportada: es un libro “con muchísimo humor”, “repleto de divertidas recetas” -muchas al estilo león come gamba- que sin duda han hecho las delicias de los fans de la serie. Hasta el punto de que Walter Wheat ha reincidido y su chispeante personalidad se adivina en la de Jammy Lannister, autor a su vez de Game of Scones, otra fantasía repostera a propósito de Juego de Tronos. Esta vez el lema es All men must dine (Todos los hombres deben cenar). Última prueba de que la repostería seriéfila ha venido para quedarse con nosotros.

P.D. Os dejo con un clásico: los caramelos de meta azul. Sirven para bromear, como el carbón de reyes, para decorar magdalenas y pasteles y, por supuesto, están para comérselos.

P.D. (2) Este es un post repleto de artistas misteriosos: además del repostero cachondo (alias Walter Wheat, alias Jammy Lannister); el autor del grafiti de Heisenberg en el barrio de Gracia de Barcelona que sale en la fotografía tras el libro. Manifestaros ambos.

Receta de crujiente de meta azul 

Metalenas con cristal azul

Metalenas con cristal azul

Ingredientes

* Media taza (118 ml) de agua

* 3/4 taza (177 ml) de jarabe de maíz claro

* 350 g de azúcar granulado

* 2 cucharaditas de extracto de menta

* Colorante alimentario azul en gel

Preparación

1. Cubre la bandeja del horno con papel de aluminio o usa una bandeja de cristal resistente al calor. Rocía de aceite para que no se pegue

2. Mezcla el agua, el jarabe de maíz y el azúcar en una sartén mediana. Remueve a temperatura media hasta que se disuelva el azúcar y sube el fuego hasta que hierva. Deja de remover, introduce el termómetro de azúcar y humedece los bordes de la sartén con un pincel de repostería empapado en agua para evitar que cristalice.

3. Calienta la mezcla hasta alcanzar una temperatura de 140º. Retira de la sartén y deja reposar hasta que la superficie deje de burbujear

6. Añade unas gotas de aroma de venta y el colorante azul que desees.

7. Vierte la mezcla rápidamente en la bandeja de horno y extiéndela hacia ambos lados con un movimiento. No te preocupes si no queda uniforme o hay huecos. Deja que el caramelo se enfríe a temperatura ambiente.

9. Una vez frío, rómpelo con un martillo. Estará listo para comer.

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