Sopa fría de melón y menta

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A veces necesito alejarme de lo que quiero. Para ver si lo echo de menos, motivo obvio aunque no del todo cierto. Amar ocupa lugar, un lugar que según la intensidad del amor más abruma. Consume energía, ilusión y tiempo, bienes escasos todos ellos, por lo que de vez en cuando conviene tomarse un respiro y reinvertirlos. Emprender nuevas aventuras, diversificar el pensamiento, averiguar si se puede vivir sin lo amado y de qué manera. Y volver al punto de partida, si tal cosa ha sido posible alguna vez, con convicción, no por inercia.

Retomo Maldito Estómago tras un mes sin pasar por él. He seguido cocinando, he descubierto restaurantes fantásticos como el Can Suñé de Caldes d’Estrac, he hundido la nariz en copas de vino en Burdeos. Sólo que no lo he contado aquí. Mal hecho, si no fuera porque no me apetecía. Me he limitado a disfrutar de estas experiencias sin compartirlas, una actitud excéntrica en los tiempos de Facebook.

Tras el paréntesis, regreso con la máxima humildad. Sin grandes promesas ni conclusiones al respecto. Y con una receta en consonancia, una sopa fría de melón y menta tan refrescante como sencilla. Para hacerla utilicé un melón Galia, esa variedad pequeñita con la corteza amarilla y la pulpa entre blanca y verde claro, que se caracteriza por su dulzor y ahora podéis encontrar en la mayoría de supermercados. Pero cualquier tipo de melón servirá, así como la menta puede sustituirse por hierbabuena.

Esta vez decoré la sopa con hojitas de menta, pero servirla con virutas secas de jamón como acompañamiento le da un contrapunto salado de lo más apetecible. Y supone una nueva manera, mucho más elegante, de reinventar el melón con jamón, aquel plato tan ochentero.

Ingredientes (dos personas)

* Un melón Galia

* Unas ramitas de menta fresca o hierbabuena (al gusto)

* El zumo de medio limón

* Un vaso de agua mineral fría

* Pimienta negra

* Un chorrito de aceite de oliva

Preparación

1. Partir el melón por la mitad y con una cucharilla retirar las pepitas. Vaciarlo y desechar la corteza. Cortar la pulpa en dados

2. Poner la pulpa del melón en el vaso de la batidora junto con la menta, el zumo de medio limón, el agua y el aceite. Triturar hasta que quede muy fino

3. Pasar por el chino para que la textura quede todavía más ligera (opcional)

4. Reservar en la nevera hasta el momento de servir

5. Darle unas vueltas con una cuchara antes de repartir en dos boles y decorar con hojitas de menta. También pueden utilizarse virutas de jamón e incluso bacon tostado, cortado muy finito.

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