La gamba es un manjar de dioses. Sé que ésta es una afirmación muy personal pero a mí me hacen llorar sólo de verlas, frescas y jugosas, rojas y sabrosas… Ay, ¡gambas queridas! Qué poco apreciadas sois en tantos otros sitios. (Una vez me explicó un primo danés que las gambas para ellos eran como las cucarachas. Más a repartir, pensé yo, ya que escasean, son caras y muuuy preciadas).

La última gambada espectacular que me he metido ha sido a bordo de un barco pesquero. La Maireta IV nos dejó embarcarnos para rodar un capítulo de “La Ciutat de les Bèsties”. David, su patrón, es un pescador de 45 años que lleva 30 faenando. Toda la familia son pescadores de La Barceloneta y no sabe precisar cuántas generaciones de antepasados suyos pescó antes que él, pero sí te afirma que él y su hermano Simó lo han dado todo por la causa. Cuenta incluso que Simó capitaneaba otro barco donde se les murió un marinero a bordo de un infarto y, con el disgusto, al llegar a puerto se les olvidó cerrar una llave de paso controlada por el fallecido marinero; al día siguiente amanecieron con el barco hundido. A día de hoy David y Simó juntan su sabiduría y conocen un lugar secreto de donde sacan las mejores gambas.

En el barco, los pescadores cocinan los pescaditos enharinados y fritos, y las gambas a la plancha. El proceso es fácil:  échan sal gorda a la plancha y le dan calor. A la hora de poner la mesa lo más práctico: papel de periódico, comer con las manos y tirar las sobras. El festín fue espectacular. A mí se me saltaban las lágrimas y si queréis una experiencia similar os paso un chivatazo: la parada del Mercat de la Llibertat  de Victoria, las compra en la lonja directamente a David. Decid que me conocéis.

Ahora llega el momento de explicaros alguna de las recetas que he ido aprendiendo con el tiempo. La gamba, ya sea al vapor o a la plancha, es la bomba. Mi amiga Aina me explicó que su padre las hace a la sal, como las doradas. Sal gorda por abajo, gambas en el centro, sal gorda por el medio cubriéndolas completamente y diez minutos al horno a 200º grados. Su padre coronaba el manjar picando las cabezas con un mortero y sacando su jugo.

En una cena de Navidad con amigos, hace pocos días, traje un kilo de esas gambas fresquísimas que habían pescado mis marineros favoritos. Habéis de saber que un rodaballo con gambas y almejas es un buen final de fiesta gastronómica.

Ingredientes:

- Un rodaballo cortado a trozos. Calculad un trozo por persona.

- Cinco gambas por persona mínimo (según precio y posibilidades).

- Cinco almejas por persona mínimo.

- Azafrán.

- Una cucharada de perejíl picado.

- Tres dientes de ajo.

- Aceite de oliva (50 gramos).

- Una guindilla.

- Un vasito de vino blanco seco (100 gramos).

- Un vasito de agua (100 gramos).

Preparación:

Esta receta la hice con mi inseparable Mágica (conocida comunmente como Thermomix), pero se puede hacer sin ella y también lo explico.

1- Coloca los filetes de rodaballo, las gambas y las almejas limpias (saca la arena dejándolas en remojo con agua templada y sal) en un recipiente para el vapor o en el varoma de la thermo.

2- Pica los ajos finitos y ponlos a freír en una olla con un buen chorro de aceite y junto con la guindilla durante unos cinco minutos (5min/100º/vel1). Si lo estás haciendo sin Thermo es importante que el diámetro del recipiente para el vapor encaje con el de la olla.

3- Cuando el ajo esté dorado, añade el azafrán, el vino, el perejil picado, la sal y el agua. Cubre con el recipiente del vapor haciendo de tapa y pon la mezcla a hervir unos 15 minutos. Conseguirás que el vapor suba y se cocinen los alimentos, además de que la salsa de la olla coja el sabor de los vecinos de arriba. Si estás con la thermo, coloca el varoma y programa 15min/varoma/vel1.

NOTAS:

* Si el pescado es muy grueso quizás necesitáis 20 minutos de coción al vapor (como comprobó mi querido Marcos).

*Las almejas deben abrirse y las gambas deberían quedar poco hechas y muy jugosas. Si las queréis retirar a los 10 minutos también está bien.

* Y para acabar, agradecer a mi amiga Lea que tuvo la santa paciencia de acogerme en su cocina mientras yo preparaba rodaballo, almejas y gambas acompañado de patatas al perejíl para 12. Grandísima cena de navidad, amigos, y grandísimo zafarrancho el que dejé tras de mí.