La madre del cordero
En la cocina somos muchos, tantos que yo me levanto un sábado y enseguida me pongo a departir con Jamie, Ferran o Montse, y con una colección de inacabables cibernéticos. Todos me explican qué harían, especulan sobre cómo reconvertir lo que hay en mi nevera. Lo paso pipa jugando a ser su pinche, a reinterpretarlos, a marcarme un nuevo plato-reto de la jornada.
A veces pienso que estoy un poco loca. Que soy una especie de Gollum salvaje que obscenamente sólo se preocupa por la comida. Y no importa cómo caiga y reviente que para cocinar nunca hay un no por respuesta.
Y así empiezó este blog, en ese glorioso sábado en que Vane decide hacer una barbacoa en su casa. Pleno invierno, frío y lluvia, pero en Cabrils la casa de su padre esconde un as en la manga: una chimena en la cocina.
Ese día Natalia y yo nos propusimos fusionar nuestros conocimientos en un blog, sudamos varios meses para tirarlo adelante y al final, parecía imposible, apareció. Pero a lo que vamos: ¿qué hicimos de diferente en aquella barbacoa? Una pata de cordero (que lo flipas). ¿Por qué era diferente? Uno: porque venía del pastor de mi pueblo y la tenía en el congelador preparada para una ocasión especial. Dos: porque le consulté a Jamie cómo lo prepara y descubrí una receta buenííííísima y que le da al cordero otro sabor que el clásico de año nuevo. Ojito con la receta:
Ingredientes:
- Patita de cordero o paletilla, déjala descongelar.
-Macérala durante un buen rato con lo que tengas. Jamie propone un montón de hierbas; yo encontré en mi cocina:
-Una cucharadita de comino
- Sal marina y pimenta negra
- Un ramito de tomillo fresco,
- Un par de ramitos de “Sajolida”
- Un zumo de naranja y cáscara de la misma
- Una cabeza de ajos pelados
- Cuatro cucharaditas de pimentón
- Seis cucharadas de vinagre balsámico
- Kétchup (Jaime dice 150 gramos, yo digo que echéis 5 chorros bien generosos)
- Ocho cucharadas de aceite
- Cinco hojas de laurel
Preparación:
1. Machaca los ajos y el comino, corta fino el tomillo, la “sajolida” y la cáscara, súmale todas las especies: la sal, la pimienta, el pimentón y añadele los líquidos: el zumo, el vinagre, el aceite, el kétchup y, por último, las hojas de laurel enteras.
2. Hazle a la pata unos tajos de un centímetro de profundidad. Pinta la carne con la mezcla rellenando huecos.
3. El truco que para que la carne te quede súper jugosa es que empieces a cocerla en el horno una horita aproximadamente. Así te queda perfecta por dentro y para acabar la pones sobre la barbacoa y le vas echando los jugos por encima hasta que se quede la costra más crujiente
(Está brutal! A que sí, Lea?)
*Receta inspirada en el libro En casa con Jamie