El Pràctic: tapas de autor con sabor de Perú

En las profundidades de Sants, no muy lejos de Hospitalet, se esconde El Pràctic, un restaurante de tapas con influencia peruana. Lo descubrimos gracias a Vanessa Farré, sin duda nuestra lectora más proactiva, que hace tiempo que lo frecuenta y sólo contaba maravillas.

La personalidad del restaurante es indisociable de la de su chef Andrés Huarcaya, originario de Perú pero que vive desde hace largo tiempo en Cataluña. Tras trabajar durante nueve años en el catering de El Bulli puso en marcha este local, que antes se encontraba en la Ciutat de la Justícia.

La carta de El Pràctic es todo un ejemplo de fusión sin extravagancias. La cocina catalana convive en armonía con la peruana y la nikkei, los platos más convencionales con otros más innovadores. Algunas especialidades autóctonas se revisan con un toque andino. Otros no ni falta que les hace.

Mis dos pasiones: las croquetas y los periódicos

Mis dos debilidades: las croquetas y los periódicos

En este restaurante pueden comerse unas estupendas croquetas de pollo, sin ir más lejos. Estas croquetas no ganarán ningún premio a la innovación gastronómica pero son una carta de presentación inmejorable: si algún día me dedico a hacer un ranking croquetero de Barcelona, cosa que dada mi debilidad no descarto, quedarán por lo menos finalistas. A alguien que para empezar te da unas croquetas así, luego te lo tomas más en serio cuando se pone en plan vanguardista. Lástima que en el plato sólo hubiese cuatro.

Bravas con salsa huancaína

Bravas con salsa huancaína

Ejemplos de fusión son las bravas con salsa huancaína, emblema de la cocina peruana, para mi gusto lo más prescindible de todo lo que probamos. Claro que el listón estaba alto.

Magníficas las especialidades de pescado: el cebiche nikkei de lubina, que se macera también con salsa teriyaki, o el tiradito de gambas, similar a un carpaccio de estos crustáceos impregnado, eso sí, de leche de tigre.  El suntuoso tataki de salmón, del que repetimos, es el mejor representante de la carta de la cocina japonesa en estado puro.

Mención a parte merece la tapa estrella, la oreja de cerdo crujiente. Que nadie tema una escena sobrecogedora, tipo Terciopelo Azul, que se preste a imaginar al cerdo desorejado ante el plato humeante. Según explica la pizarra del local, la oreja se cuece a 70º durante 12 horas.

La tapa estrella: oreja de cerdo crujiente

La tapa estrella: oreja de cerdo crujiente

Luego se pica finamente y, hecha tortitas, se pasa por la plancha de modo que el exterior queda con una costra irresistible y el interior, meloso. Un plato que apreciarán tanto los amantes de este tipo de especialidades, entre los que me incluyo, como otras almas más sensibles. Ya había probado un plato similar en La Pubilla, otro excelente restaurante del que ya hablaremos, y quedé impresionada en ambos casos.

Aunque no seas muy de postres, en El Pràctic es imperdonable no dejarles un hueco. Recomiendo el cremoso de chocolate explosivo, con Peta Zetas, y la espuma de yogurt con mango: espectaculares.

En total, la cena nos salió por unos 35 euros, aunque hay que señalar que éramos diez en la mesa, de buen comer y mejor beber,  y no escatimamos en vino. Auguro a El Pràctic un gran futuro en su nueva etapa en Sants, un barrio que por cierto tiene una interesante oferta gastronómica no demasiado conocida. Auguro también, y ojalá me equivoque, que este restaurante no tardará en subir los precios.

El Pràctic

C/ Tenor Masini, 20

Barcelona, 08028

Tlf. (93) 331 56 44

practic

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