Albóndigas con sepia

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No soy muy de mar y montaña. Ni de agridulce. Ni de sol y sombra. No veo la necesidad de estos contrastes, a menudo tampoco la gracia. Dicen que si tienes que esforzarte mucho con alguien para que te caiga bien no le des más vueltas, es que te cae mal. Con la comida pasa lo mismo. La gente tiende a elucubrar, a intentar convencer a los demás de sus preferencias con aparatosas teorías. La mayoría de las veces todo se reduce a una cuestión de gustos. Por supuesto, los gustos evolucionan, se afinan, se educan. Pero no deben imponerse jamás.

Siempre hay excepciones. Me encanta el pollo con cigalas y las albóndigas con sepia. Encuentro en ellos la armonía que me falta en este tipo de platos, un fluir que los hace agradables a mi paladar. Los disfruto, en definitiva. ¿Por qué? No tengo ni idea, a priori la carne picada no armoniza mucho con un cefalópodo. Es sólo una opinión personal.

Entenderé a quienes no les gusten estas albóndigas con sepia, no hace falta que mientan. Queremos formar parte de la mayoría, agradar: de ahí que existan las modas en asuntos de estética, la opinión pública para la actualidad. Defender algo en solitario lleva a plantearse en primer lugar si no estarás equivocado. Aún así, prefiero la actitud vital de quienes se cuestionan las cosas. Pero claro, eso es también una cuestión de gustos.

Y ahora, la receta.

Ingredientes (4 personas)

- 300 gr. de carne de ternera picada

- 100 gr. de carne de cerdo picada

- 50 gr. de pan

- Leche

- Una sepia de playa grande

- Una cebolla

- Un vaso de salsa de tomate fresco

- Perejil

- Un ajo

- 50 gr piñones

- Un chorro de vino tinto

- Sal

- Pimienta

- Orégano

Preparación

Para las albóndigas

1. Poner a remojar la miga de pan en la leche 5 minutos y, mientras, picar el perejil

2. Mezclar muy bien en un bol la carne picada con el perejil y la miga de pan hasta que quede una masa homogénea. Aliñarla con la sal, la pimienta y el orégano

3. Encender el grill del horno y dejar que se precaliente

4. Hacer bolitas con la carne y colocarlas en una bandeja de horno alta forrada con papel para el mismo, separadas las unas de las otras para que no se peguen. Pintarlas con aceite con la ayuda de un pincel de cocina

5. Dorar las albóndigas con el grill fuerte y sacarlas cuando cojan color

Para la salsa

6. Picar las cebollas y el ajo y pocharlas en una sartén

7. Verter la salsa de tomate y el vino y dejar reducir durante un cuarto de hora

8. Echar sobre las albóndigas

9. Saltear la sepia cortada a daditos en una sartén junto a los piñones

10. Verter sobre las albóndigas, que ya llevaban la salsa de tomate, y darle un último golpe de horno a 200º, unos 10 minutos

Consejos prácticos

* Las albóndigas normalmente se fríen en la sartén: si optas por esta opción, pásalas previamente por harina. Sin embargo, el horno es un método muy limpio y ligero

* Es un plato ideal para dejar hecho y recalentar antes de comer

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