Crostini de higos, jamón serrano y gorgonzola
Los higos han dejado de ser aquella fruta que los niños de pueblo cogían a puñados del retorcido árbol que crecía en cualquier solar para convertirse en un producto codiciado. Ya no nos da tiempo a aborrecerlos, por la fragilidad de sus carnes, que no resisten bien el traslado a la ciudad, y por su estacionalidad, tan corta. Junio y julio son meses de brevas, más grandes y menos dulces, y septiembre, de higos. Conviene aprovechar, ya que cuando pasan hay que despedirse de ellos hasta el próximo año.
Su versatilidad en cocina les ha hecho perdonar el pecado capital del siglo XXI: los higos engordan, y de qué manera. Son muy calóricos, secos incluso más, y ricos en hidratos de carbono, aunque también en fibra, minerales y proteínas. A cambio dan lugar a un sinfín de postres (mermeladas, helados…) y ponen un exquisito contrapunto a lo salado. Van bien para combinar con foie, quesos, carne de cerdo o de caza, por poner sólo algunos ejemplos.
En esta receta, la dulzura de los higos contrasta con el sabor del jamón serrano, ambos realzados tras unos minutos de horno. El calor y unas gotitas de vinagre de módena ayudan a sacar a este fruto el máximo partido, así como el acompañamiento del queso gorgonzola. El horno también convierte en crujientes las lonchas de jamón, ofreciendo un juego de texturas interesante.
El socorrido formato para presentarlo es un crostini (tostaditas, en italiano) un aperitivo que consiste en rebanadas de pan tostado de una baguette con ingredientes encima. Se dice que, al igual que la bruschetta, los crostinis aparecieron en la Edad Media como una forma en que los campesinos italianos tomaban su comida, a falta de platos. Un invento tan glorioso, en su simplicidad, que cuesta creer que hubiera que descubrirlo.
Ingredientes (para 4 personas)
* 8 higos
* 8 lonchas de jamón serrano
* Una barra de pan o baguette
* Queso gorgonzola
* Aceto balsámico de modena
Preparación
1. Precalentar el grill del horno a 200º y cubrir la bandeja con papel de hornear
2. Cortar el pan en rebanadas y colocarlas sobre la bandeja. Hornear hasta que se tuesten (unos 5 minutos) atentos a que no se quemen
2. Lavar los higos y cortarlos longitudinalmente en tres trozos
3. Ponerlos sobre la bandeja de horno y pintarlos con el vinagre balsámico, con una brocha de cocina o con el dedo
4. Poner al otro lado de la bandeja las lonchas de jamón bien extendidas
5. Hornear entre 5 y 10 minutos, atentos a que no se quemen
7. Sacar la bandeja del horno y montar los crostinis: poner sobre cada rebanada un poco de queso gorgonzola, el jamón serrano roto en trozos y un par de rodajas de higos
8. Servir inmediatamente