Conviene saborear el final del verano. Disfrutar de algunos productos de temporada que en breve dejarán de estarlo, como las judías. Aunque ya pueden comprarse todo el año gracias a los invernaderos (y qué no) alcanzan su máximo esplendor y mejor precio durante la primavera y los meses estivales. Además, son ricas en potasio, que facilita la eliminación de líquidos; vitaminas A y C (antioxidantes); fibra y ácido fólico. O sea, sanísimas y muy versátiles en cocina, aunque en su versión clásica -hervidas y aliñadas con aceite- se presenten como un plato poco imaginativo por frecuente.

Hay que reinventar las judías de nuestra infancia y Maldito Estómago continuará dando ideas para ello. De momento, una receta sencilla que añade chispa y nutrientes a esta verdura, que puede convertirse incluso plato único gracias al huevo duro y las almendras. Para ésta y cualquier otra preparación con judías hay que limpiarlas –luego explicaremos cómo– y hervirlas o cocinarlas al vapor. En ningún caso consumirlas crudas, ni siquiera para ensaladas, ya que tienen faseolina, una substancia ligeramente tóxica que las vuelve indigestas. Por suerte es muy sensible al calor y desaparece tras unos minutos al fuego.

Las judías deben cocerse en abundante agua con sal, entre 10 y 30 minutos: según lo frescas que estén, tardarán más o menos. La tapa de la olla siempre ha de estar destapada  y, una vez estén listas –hechas, pero no blandas– conviene escurrirlas y añadirles sal fina para que no se endurezcan. Así conservarán su vistoso color verde en vez de mutar al caqui militar. Cocinadas al wok o al vapor también están estupendas.

Ingredientes (4 personas)

- 800 g de judías verdes

- Dos patatas medianas

- Una cebolla grande

- 100 g de almendras crudas picadas

- Dos huevos duros

- Un ajo

- Aceite y vinagre

Preparación

1. Pelar las patatas y cortarlas en cubos de unos 3 cm

2. Limpiar y cortar las judías: quitar las puntas de los dos extremos con las manos, los filamentos laterales con un pelapatatas y partir cada judía en tres trozos.

3. Cocer los huevos 10 minutos en un cazo a partir del momento en que el agua hierva. Enfríarlos debajo del grifo, quitarles la cáscara y picarlos a taquitos. Reservar

3. Poner una olla con abundante agua con sal a hervir

4. Entretanto, picar los ajos y cortar la cebolla en juliana

5. Una vez el agua de la olla hierva a borbotones, añadir las judías y dejarlas de 10 a 15 minutos (si están muy tiernas) a media hora. Tienen que quedar al dente, no muy blandas. Ir probando

6. En una sartén, rehogar los ajos y la cebolla a fuego lento para que no se quemen

7. Añadir las almendras picadas

8. Cuando empiecen a tomar color, incorporar el huevo duro y remover

9. Tras unos minutos, verter el sofrito sobre las judías cocidas y mezclarlo

10. Aliñar con aceite de oliva virgen y un chorrito de vinagre

Consejos prácticos

* Se puede acabar de sazonar con algo de pimentón