‘Juego de Tronos’ y la dieta del cucurucho

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“El hambre convierte a los hombres en bestias”, advierte la perspicaz Margaery Tyrell al rey Joffrey mientras les sirven en palacio una opípara cena. La comida, o la falta de ella, es uno de los motores argumentales de Juego de Tronos, hasta el punto de haber dado lugar a un blog y a un libro de recetas. Son dos derivadas más de una serie que transforma en oro todo lo que toca. Su sexta temporada se rueda desde hoy hasta el 16 de septiembre en Girona, aunque habrá que esperar a abril de 2016 para verla.

recetario_juego_de_tronosLa vertiente gastronómica de Juego de Tronos se gestó en la primavera de 2011: las americanas Chelsea Monroe-Cassel y Sariann Lehrer leían con avidez las novelas que inspiraron la serie, Canción de hielo y fuego, y decidieron cocinar los pasteles de limón con los que todo el mundo consuela a Samsa. Les siguieron centenares de recetas a propósito de este universo fantástico, la mayoría adaptadas de la Edad Media. Las iban publicando en el blog The Inn at the Crossroad, La Taberna de la Encrucijada, en honor al popular pub donde los viajeros reponen fuerzas en los libros. El blog fue un éxito tremendo y sólo un año después nacía el recetario oficial de Juego de Tronos, A feast of Ice & Fire (Un festín de hielo y fuego).

Los propuestas van desde la sopa de castañas con pato ahumado y lentejas de Cersei, al pastel sangriento de los Dothraki o el menú ideal de Margaery Tyrell, que incluye consomé de cordero y pastelillos de manzana con forma de rosa. Las autoras contaron hasta 160 manjares en los cuatro primeros tomos de Canción de Hielo y Fuego, bebidas incluidas, y se han propuesto materializarlos. Para ello echan mano de la historia y del viejo método de prueba y error a la hora de adaptar al paladar moderno los antiguos recetarios. No siempre es fácil y hasta el escritor de la saga, George R.R. Martin, les dio permiso en su blog para saltarse algunas de las especialidades más excéntricas, como gaviota o “rata en un palo”.

Tanto The Inn at the Crossroad como el libro de cocina posterior beben directamente de las novelas de George R.R. Martin, prolijas en descripciones gastronómicas, y no de la serie de la HBO que ha acabado de catapultarlos. En la ficción televisiva el pecado capital es la lujuria y la gula se mantiene en un plano secundario. Por algo el término sexposition se ha acuñado gracias a la serie, que pone a prueba la concentración de sus espectadores con diálogos cruciales en el transcurso de escenas tórridas.

También se habla en la mesa, pero quizás no tan a menudo y de forma menos trascendente. En las tres primeras temporadas buena parte de los personajes beben más que comen y sobreviven a base de animales ensartados sobre una hoguera. En los grandes banquetes se masca la tragedia: veáse sino la boda roja o los esponsos del rey Joffrey. Zampar no es lo principal ni siquiera cuando lo parece.

P.D. Acabo el post con unas fotos de Girona del pasado fin de semana. A los seguidores de Juego de Tronos les conviene acercarse a los alrededores de la iglesia de Sant Lluc, donde se concentra la actividad del rodaje que transcurrirá en el Barri Vell o casco antiguo. Tras una valla cubierta de lona verde divisarán las redes y las barcazas del mercado marítimo en el que se ha transformado los Baños Árabes. Por lo demás, el merchandising de Juego de Tronos ya ha llegado a las tiendas de souvenirs.juego_tronosgironacatedralmatamoscas
merchandising

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