‘Tori no karaage’ o pollo frito a la japonesa

p

Dos grandes noticias, sobre todo para mí: Maldito Estómago cumple 50 posts y me voy a Japón este verano. ¿Para celebrarlo? En realidad no, aunque como inauguré este blog con una declaración de amor a la cocina nipona, todo cuadra.

Viajar a Japón es una asignatura pendiente desde hace tiempo y lo había ido aplazando por razones pecuniarias. Por supuesto, no es la gastronomía lo único que me interesa de una de las civilizaciones más peculiares del planeta, marcada por su insularidad y relativo aislamiento. Además de su cultura en general, la reconstrucción del país después de la Segunda Guerra Mundial y su papel en ésta me fascinan.

Sin embargo, Japón es también un gran destino gourmet, un paraíso para alguien con un apetito tan omnívoro como el mío. Me las prometo muy felices metiendo los palillos en tantos boles como me de tiempo y probando in situ especialidades que vayan más allá del sushi o la tempura. Comer en izakayas (o tabernas japonesas, que ofrecen platos informales tipo tapas), cenar un menú vegetariano en un templo budista y hartarme de ramen son algunas de las actividades gastronómicas que para empezar se me ocurren.

Es tanta la ilusión que, aunque faltan meses, ya me estoy ambientando. He comenzado a ver películas y, sobre todo, a leer todo lo que cae en mis manos sobre Japón. Es así como descubrí el fantástico blog colectivo Japonismo, del que me he apropiado esta receta.

El tori no karaage -o pollo frito a la japonesa, marinado en  sake, salsa de soja y jenjibre- es un plato muy popular. Los japoneses lo toman como aperitivo y también es típico de las fiestas populares o matsuri.

Si lo hacéis en casa, recomiendo acompañarlo de una ensalada verde y una cerveza bien fría. O de patatas fritas, si os apatece embardunaros los dedos en un día de exaltación de la fritanga. Mejor que el aceite sea de girasol, aunque tenga mala prensa, ya que el de oliva tapa el sutil sabor del marinado. Veréis que el pollo queda meloso por dentro, con el punto de picor del jengibre, y crujiente por fuera. Una delicia.

Ingredientes (para 2 personas)

- Dos contramuslos de pollo deshuesados

- Tres cucharadas soperas de salsa de soja

- Tres cucharadas de sake

- Una cucharadita de jengibre en polvo

- Un diente de ajo

- Harina

- Sal

- Pimienta negra

- Aceite de girasol

Preparación

1. Cortar el pollo en trozos irregulares (que se puedan comer de un bocado pero no muy pequeños)

2. Salpimentarlos ligeramente

3. Preparar el marinado mezclando en un bol el sake con la salsa de soja y el jengibre, así como el ajo machado previamente en el mortero

3. Verter el marinado sobre el pollo y mezclarlo bien con una cuchara

4. Dejar reposar 24 horas en la nevera en una bolsa con cierre zip o bien en un plato bien tapado con papel film

5. Poner el aceite de girasol a calentar en una sartén

6. Enharinar los trozos de pollo

7. Una vez el aceite esté bien caliente, ir echando los trozos de pollo uno a uno, con cuidado que no se peguen entre ellos

8. Esperar a que se doren bien, sacarlos con una espumadera y ponerlos sobre un plato cubierto con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante

9. Comer bien caliente

Consejos prácticos

* Esta receta también se puede hacer con pechuga, pero los contramuslos son ideales porque la piel del pollo le da un toque muy crujiente

* Se puede dejar reposar el pollo con el marinado un mínimo de 30 minutos antes de freirlo, aunque cuanto más tiempo mejor para que coja el sabor hasta un máximo de 24 horas, que es el periodo perfecto

 

 

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>