‘Gyozas’ para un domingo con amigos

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Desde aquella lasaña que surgió del frío de mi nevera, no me he atrevido a improvisar más cenas en domingo. Esta vez la valiente fue María José, que nos invitó a su casa en lo que se acabó convirtiendo en un homenaje a Maldito Estómago. Todos los invitados eligieron una receta del blog para llevar y ella, que por algo era la anfitriona, marcó la pauta con unos fideos yakisoba como plato principal. Ya que la cena era japonesa, mi aportación fueron estas gyozas.

Aunque trabajosas, las gyozas o empanadillas japonesas son fáciles de hacer. Opté por el relleno clásico, que lleva carne de cerdo picada con col, cebollino (nira, en su versión china) y un toque de jengibre. Las obleas se compran congeladas en supermercados asiáticos: éstas salieron del que hay en el Paseo San Juan nº 12 de Barcelona. Lo más entretenido es rellenarlas, doblarlas en forma de media luna y sellarlas una por una con los dedos. Nada que los amantes de cualquier tipo de empanadilla no sepan.

Las gyozas pueden cocinarse de diferentes maneras. Yo las hice al vapor (mushi gyoza), en el mushiki que nos regaló aquella tropa que nos invitó a Can Jubany. Como se aprecia en la foto, los mushiki son vaporeras redondas de bambú, con varios pisos que permiten colocar los alimentos más o menos cerca del agua según lo que tarde su cocción. El funcionamiento es simple en teoría: se pone el mushiki encima de una olla con agua hirviendo y se tapa hasta que la comida que haya dentro esté hecha. En la práctica, todavía le estoy cogiendo el punto.

Otra opción es hacer las gyozas a la plancha (yaki gyoza). Se ponen sobre una sartén untada con un poco de aceite para que no se peguen.  Cuando la parte de abajo se tueste, se echa un dedo y medio de agua en la sartén -hasta cubrir la mitad de la gyoza- y se tapa hasta que se evapore (unos 7 minutos). De estas forma, el método de cocción es mixto (las gyozas quedan fritas y al vapor). Alternativas como freír las gyozas en aceite o cocerlas sumergiéndolas en agua son menos aconsejables.

Sonia puso el vino a la cena y ayudó con las gyozas, que acabamos de hacer en casa de María José. Pau repescó aquel crujiente de higos intrépidos de Carla, sabroso y colorista. Cenamos sentados en el suelo y en mesa baja, a la japonesa manera. En la calle diluviaba, como si aún no hubiésemos salido de aquella Irlanda donde nos hicimos amigos.

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P.D. En las fotos de este post se nota la mano del audiovisualero Pau Torrano, que hace maravillas como éstas. Siempre alumbrando ideas, Pau propone digitalizar los viejos vídeos familiares en VHS como regalo de Navidad. Para más información y precio, no dudéis en contactarle.

Ingredientes

- Un paquete de obleas de gyoza

- 300 gr de carne de cerdo picada

- Cuatro hojas de col

- Medio manojo de cebollino o nira

- Un diente de ajo

- Jengibre (la misma cantidad que de ajo)

- 1 cucharada de sake

- 1 cucharada de aceite de sésamo

- 2 cucharadas de salsa de soja

- Sal y pimienta

Preparación

1. Rallar el ajo y la raíz de jengibre (poner la misma cantidad)

2. Picar el cebollino o nira

3. Escaldar la col en agua hirviendo y cortarla en juliana

4. Colocar la carne picada en un bol y salpimentarla

5. Añadir a la carne el sake, el aceite de sésamo y la salsa de soja, además de todos los ingredientes anteriores y mezclarlos cuidadosamente con un tenedor

5. Dejar reposar la mezcla al menos media hora para que coja sabor

6. Poner una bolita de relleno en el centro de cada oblea

7. Humedecer con agua medio círculo del perímetro de la oblea, doblarla por la mitad y sellar la empanadilla con la ayuda de los dedos

8. Repetir la operación con cada oblea hasta que se acabe el relleno

9. Colocar una olla no muy profunda al fuego con cuatro dedos de agua

10. Colocar las empadillas en el mushiki o vaporera algo separadas, para que no se peguen unas con otras

11. Poner el mushiki tapado encima de la olla en cuanto el agua rompa a hervir

11. Esperar a que las empanadillas estén echas (unos diez minutos, si se colocan en el nivel inferior del mushiki o vaporera)

12. Servir acompañadas por salsa de soja

Consejos prácticos

* En caso de congelar las empadillas, es preferible hacerlo antes de cocerlas

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